Shhhh, estoy estudiando.

Estaba desesperada. Tenía muchísimo que estudiar, muchísima tarea, y muy poco tiempo. Incluso muy pocas ganas, lo que era peor. La biblioteca siempre le había parecido el lugar ideal para estudiar: su sala común siempre era un caos, a todos les gustaba hablar demasiado, y en su dormitorio no podía, era incómodo, y estaba tan cansada que seguramente más que estudiar, dormiría. Al menos estar en un lugar donde había más gente la mantenía despierta, sería una vergüenza quedarse dormida. Sin embargo cabeceaba. Había buscado un libro de Herbología, intentaba estudiar.. Sin embrago, !¿por qué?! Estaba lleno de alumnos de primer año que hablaban como si estuviesen en medio de un partido de Quidditch. ¿Dónde estaba la bibliotecaria cuando necesitaba que alguien pusiera orden y haga que todos se queden en silencio? Maldición. - Shhhhhhhhh, callense - Dice bajito, mientras algunas miradas muy poco amables se posan en ella. Era obvio que no iba a poder estudiar. Tenía esa horrible costumbre de necesitar silencio absoluto. Quizás más tarde debería ir al lago, pero ya hacía frio. - En fin.. - Cierra el libro y se queda de brazos cruzados mirando al resto de la gente, esperando. -

Tic Toc, Tic Toc- Sonaba en su como un reloj, había pasado ya un buen rato desde que fue a la biblioteca buscando un libro que leer para pasar el rato, pero el rato ya habia pasado y se hacia un poco tedioso el estar aqui solo. Me levante a caminar por la biblioteca tratando de ver alguien conocido, o por lo menos que se viera agradable para estar un rato. Un poco despues vio a una chica de Hufflepuff que antes habia visto en alguna clase y dicidio acercarse a ella.

- Sabes, con ese tono no creo que te hagan mucho caso- Dijo tras escuchar como ella trataba de silenciar a los ruidosos chicos de 1ero que la rodeaban, parecia que trataba de estudiar pero no le iba a ser posible.

Se sento cerca de ella y dijo tratando de conversar: -Hola soy Daliv, creo que nos hemos topado en alguna que otra clase.

Se queda mirando al chico. Que extraño lugar era la biblioteca para empezar a hacer relaciones sociales. En fin. Rueda los ojos por su comentario respecto a silenciar a la gente. - Lo sé, pero es insufrible, ¿por qué no se van a otro lado a hablar sobre cómo estuvo el día anterior, o lo que sea? - Comenta indignada, mirando al resto de la gente aún cruzada de brazos. Al menos, ya que había decidido no estudiar hasta que se callen, había aparecido aquel chico, se distraería un poco. - Sí, puede que nos hayamos cruzado antes Daliv, no se si en una clase pero vi tu cara antes. - Le dice sonriendo, un poco más relajada. Corre su libro de Herbología, ya cerrado, hacía un costado, como convenciéndose aún más de que, si bien era el lugar, no era ni cerca el momento para estudiar. Al menos no como ella estaba acostumbrada. - Soy Mar. - Le dice con simpleza, tendiéndole la mano. Estaba de mal humor, pero no era justo que lo demostrara a otras personas.

Acomodándose en su asiento miro a los de primero, habían varios de Ravenclaw por lo cual, siendo su Prefecto le tendrían una mínima de respeto pero prefirió no decirles nada y continuar conversando, en algún momento habrían de callarse.

- Hola Mar-Dijo estrechando su mano y sonriendo levemente.

-Capaz y aun no se acostumbran al castillo o le temen a los fantasmas jajajaja- Dijo señalando al grupo tratando de hacer una broma, aunque de reojo noto una que otra mirada de molestia de parte de los chicos.

Miro el libro que Mar acababa de cerrar y dándole un toquecito dijo.

- Tarea de Herbología o solo te atraen las plantas?, en lo personal no me gusta mucho esta clase, me parece aburrida

Mientras mostró un poco su insignia de Prefecto haciendo que uno o dos chicos de Raven se fueran ya.

Comienza a refunfuñar, y deja caer su cabeza sobre sus antebrazos, apoyados sobre la enorme mesa. ¿Si le gustaba herbología? No, no demasiado. Tenía que saber muy bien, sien embrago, las propiedades de diferntes plantas si quería en un futuro dedicarse a la medicina. Entre muchísimas otras cosas, por supuesto. Pero le aburrían las clases, no tenían mucha práctica, y eso era tedioso. - Tarea de herbología - Le dice, resumiendo todos sus pensamientos, para no aburrirlo demasiado. Ve con disimulo como muestra su insignia a los niños y sonríe con desgano. Tendría que haber llegado antes, cuando se tiraban aviones de papel. - ¿Tengo que ser muy cuidadosa con lo que hago cuando estoy cerca tuyo? - Pregunta, ya que era prefecto. Sonríe ladeando el rostro, con simpleza. - Me ha costado mucho mantener una buena relación con las reglas, siempre me las olvido, no nos llevamos bien, no entiendo por qué - Comenta encogiéndose de hombros, recordando las veces en que la habían regañado por hacer cosas indebidas, sin saberlo.

Ríe un poco por el comentario de la chica, ¿Si tenia que comportarse? bueno, algunos dirían que si ya que siendo un prefecto debería imponer el orden pero realmente no era un trabajo que tomara muy a pecho ademas la vista que tenia de las reglas no era tan estricta como la de los profesores o otros prefectos tal vez.

- ¿Ser cuidadosa? podría ser, soy prefecto y hermano de la directora Sakura así que... Si, tal vez un poco.- Dijo tratando de intimidarla aunque no pareciera que lo fuera a lograr - Pero eso es algo sin importancia, mientras no hagas nada malo como explotar un salón o algo por el estilo no importa- Completo sonriendo, a la par que sacaba unas dos varitas de regaliz de una bolsa en su bolsillo, y ofrece una a Mar para luego probar la suya.

Mientras la comía vio que la masa de chicos de primero ya casi desaparecía y sonrió divertido, al parecer su "estrategia" causo efecto.

- Ves ya se están yendo, la biblioteca vuelve a la tranquilidad jajaja- Dice antes de probar de nuevo su dulce.

Ríe por su comentario. Era hermano de la Directora, que interesante.. Toma una de las varitas de regaliz que le ofrecía y comienza a comerla también, ensimismada. Estaba sentada muy atrás en la silla, y sus pies no le llegaban al piso. Balanceaba las piernas sin más, viendo como muchos alumnos comenzaban a irse. Ser prefecto tenía sus beneficios, indudablemente. Ella no hubiese servido para esa tarea, era muy despistada y había tantas cosas que le daban igual, que terminaba sin diferenciar cosas que las benditas y estructuradas reglas decían que eran inapropiadas. Lástima. - No, hasta ahora no he hecho volar ni explotar nada, ni creo que lo haga - Comenta con una media sonrisa, divertida. - Me alegro de que hayas venido, se ve que te respetan bastante. O al menos, no quieren perder puntos, no sé. ¿Has quitado muchos puntos? - Pregunta con los ojos bien abiertos, mirándolo fijamente mientras juguetea con la varita de rigaliz en su boca. Parecía una niña cuando se quedaba con la mente en una cosa.